«Mamífera» llega a España tras su éxito en Argentina

“Las mujeres estamos avanzando y reclamando derechos, esto tiene algo de eso. Está todo bien con la maternidad rosa… pero es rosa y negro”, reafirmó su autora, Sol Bonelli, en una nota con EFE antes de presentar su creación en Madrid.


Desmitificar la imagen idealista de la maternidad y representar “con humor” la soledad y el abandono social que sienten las mujeres cuando tienen un bebé es el propósito de “Mamífera”, obra teatral de la “mamá poeta” argentina Sol Bonelli que llega a España precedida por el éxito cosechado en su país.

“Las mujeres estamos avanzando y reclamando derechos. ‘Mamífera’ tiene un poco esa misión. Ché, está todo bien con la maternidad rosa… pero es rosa y negro”, cuenta a Efe en Buenos Aires la dramaturga y madre de dos niños de 5 y 6 años sobre su segunda incursión como directora, protagonizada por la actriz Alejandra D’Agostino.

Los problemas de una mamá desde el parto (más si es por cesárea), el acostumbrarse “a vivir con una sola mano”, los siempre escasos meses de licencia laboral por maternidad, la inmunidad ante la falta de sueño o los ojos con rayos láser para apuntar a las personas que en la calle hacen comentarios molestos.

Estas son algunas cuestiones que D’Agostino sufre a lo largo de la obra, que con un formato “unipersonal” se presentará el próximo sábado en la Casa del Lector de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez de Madrid -con el impulso de la Embajada de Argentina en España-, tras haber recorrido Argentina desde septiembre de 2017.

“La bombacha (braga) posparto le da consejos de cómo encajar, ella habla con su cicatriz de la cesárea y hay una noche en que acuna tanto al bebé que aparece un oso gigante, porque el bebé a esas horas de la noche parece eso. Entonces dijimos… eso tiene que estar en escena”, cuenta Bonelli.

En tiempos en los que la mujer argentina encabeza una intensa actividad feminista contra la desigualdad de género, la violencia machista y a favor de la aprobación del aborto seguro, legal y gratuito, la obra busca poner sobre la mesa, con toques de humor, el drama de la “soledad”, la “violencia” y el “abandono” que viven las madres.

La falta de políticas públicas que ayuden a combinar trabajo con crianza y tener que llevar al bebé a los tres meses (tiempo máximo que dura una baja maternal con sueldo en Argentina) a una guardería, los miramientos de la gente por dar el pecho en lugares públicos o incluso los comentarios por la cuestión sexual tras el embarazo.

“Tenemos que hacernos cargo todos como sociedad. ¿Quién no opina sobre dar la teta? ¿por qué yo me tengo que esconder en un baño para dar la teta a mi hijo? Se genera una cosa muy de juzgar, de violencia solapada”, sentencia la directora.

Sobre el sexo, afirma que es un tema que muchas mujeres viven “con mucho problema”, porque “hay maridos u hombres que de repente se ponen muy exigentes tachando los días creyendo que el puerperio son 40 días”.

“Eso es mentira. Dura mucho más. Escuché cosas horribles entrevistando a amigas de que si no les das bola (a los hombres) se van con otra. Es horrible estar cuidando a tu hijo y pensar que si no cogés, tu marido se va con otra”, reprocha, convencida de que “la revolución es con hijos”, pudiendo criarlos sin estar “entre la espada y la pared”.

El guión de “Mamífera”, que Bonelli confeccionó desde el lado más narrativo -plasma parte de lo vivido tras sus dos cesáreas- y D’Agostino desde la escena -también es madre-, no tiene un final feliz. Así lo quisieron sus creadoras para lograr una toma de conciencia.

“Hay mucho llanto en las funciones y una especie de catarsis, pero a la vez es muy gratificante”, cuenta la directora, que se formó en dramaturgia y actuación, estudió letras y, siguiendo la estela de Marcelo Bonelli, de su padre, también es periodista.

Una expedición española que no será la primera. Con su ópera prima teatral, “Flores de Tajy”, en la que abordó la trata de mujeres, también llegó a Madrid el año pasado.

Ahora, con más experiencia pero con un compromiso social intacto, deja claro que ya no hay vuelta atrás: “Medio milito desde la escritura. Este siglo es nuestro, de las mujeres. Venimos de años de mucho sometimiento y ya no callamos más”.

Nota original publicada en EFE

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